Datos y materiales
La Muralla tiene una altura que oscila entre los siete y los diez metros. Su base mide unos siete metros y su parte superior seis. Los pisos se pavimentaron usando una mezcla de piedra y mortero, soportado por rodillos de troncos de árboles dispuestos en varias capas. A intervalos regulares se construyeron torres con terrazas cada cierta longitud que permitían a los guardianes hacerse señales ópticas de una a otra logrando una gran comunicación que se extendía por kilómetros.
La muralla se interrumpe en algunos puntos para dar lugar a puntos de defensa, a los cuales los soldados podían retroceder de ser necesario. Cada torre tiene escaleras únicas y de acceso difícil de manera de confundir el enemigo. Las barracas y los centros administrativos fueron ubicados a mayores distancias. Además de su función defensiva, la Gran Muralla jugó un papel fundamental como vía de comunicación y comercio abriendo las puertas de China al mundo occidental. Por ella pasaba la famosa "Ruta de la Seda", y los comerciantes del Golfo Pérsico y el Mediterráneo oriental que viajaban hacia el este no podían llegar a sus destinos sin pasar por la muralla. Así florecieron a sus puertas activos mercados donde se comerciaba con mercancías de lejanas tierras y se intercambiaba conocimiento y nuevas ideas.
Los materiales usados son aquellos disponibles en los alrededores de la construcción. Cerca de Pekín se utilizó piedra caliza. En otros sitios se utilizó granito o ladrillo cocido. Básicamente, era una larga tapia de arcilla y arena, cubierta con varias paredes de ladrillo. Eso la hizo muy resistente a los impactos de armas de asedio.
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